Por: Paloma Escorza
Las vemos en las pasarelas de moda más importantes de la orbe, celebrando contratos millonarios para grandes marcas, y en las portadas de las revistas de moda más famosas del mundo, poderosas, admiradas y extremadamente bellas, son las top models, mujeres que son casi la reencarnación de Barbie, y que viven un mundo que muchas de nosotras hemos soñado más de una vez.
Las vemos en las pasarelas de moda más importantes de la orbe, celebrando contratos millonarios para grandes marcas, y en las portadas de las revistas de moda más famosas del mundo, poderosas, admiradas y extremadamente bellas, son las top models, mujeres que son casi la reencarnación de Barbie, y que viven un mundo que muchas de nosotras hemos soñado más de una vez.
Son un símbolo de la belleza aspiracional y también porque no
decirlo del consumismo de nuestra época, pero ¿qué separa a una “top model” de
una simple modelo? Karl Lagerfed lo describió así en una entrevista “No se trata de ser perfecta. Lo que una
necesita es una cara que la gente pueda identificar en un segundo”.
Las llamadas top models son rostros (y cuerpos)
conocidos en casi todo el planeta, están en la semanas de la moda más
importantes del mundo, representan a las marcas de belleza más famosas y
aparecen en las portadas de las mejores revistas, y por supuesto ¡en Vogue!
Pero no
siempre fue así, las primeras modelos de la historia fueron empleadas de las
casas de moda y obtenían sueldos austeros además de permanecer casi siempre en
el anonimato, conforme fue pasando el tiempo este oficio de hizo cada vez más
famoso, la primera modelo que fue reconocida por el público fue Lisa
Fonsagrivess, gracias a sus constantes
apariciones en revistas como Vogue o Harper´s Bazar logró gran fama, pero tal vez lo que más
llama la atención de Fonsagrivees es que modeló por casi 20 años, en una época
donde se valoraba la imagen señorial y madura, y la belleza clásica, muy lejos
de lo que sucede ahora donde la juventud es la mayor virtud a transmitir y la
carrera de una mujer en el modelaje puede empezar incluso a los 14 años y
terminar a los 24. A Lisa la siguieron Dorian Leigh que tan sólo en 1946
apareció siete veces en la portada de Vogue. Se ha
rumorado que fue la inspiración para la creación del personaje Holly Golightly interpretado
por Audrey
Hepburn en la película Breakfast at
Tiffany's.
No podemos hablar de “top models” sin citar a Twiggy, todo un fenómeno en el mundo de la moda en
los años 60´s y 70´s, poseedora de una belleza muy distinta a la de sus
antecesoras, en una década donde el modelaje empezó a adquirir verdadera
importancia, dominaron las modelos de ojos claros y de estilo californiano,
características de Twggy, quien además poseía un cuerpo escuálido, casi añiñado
y un look más bien andrógino, fue en los 70´s también cuando una modelo negra,
Sims Naomi, recibió el título de “súper
modelo” por primera vez,
Pero sería en los 80´s cuando aparecería por primera vez el
término “top models” para describir
la fama estratosférica de figuras como Cindy
Crawford, Claudia Schiffer, Linda Evangelista Naomi Campbell y Christy Turlington su presencia en muchos casos
llegó a ser más importante que el propio desfile en sí. En los 90´s con la
llegada de internet se catapultó aún más su fama, pues gracias a las nuevas
tecnologías su rostro llegó a ser conocido en prácticamente cada rincón del
planeta, fue en estas décadas cuando se celebraron los contratos más jugosos,
tal fue su fama que aún en la actualidad son buscadas para representar a las
grandes marcas.
Poco tiempo después llego Kate Moss, quién merecería un capítulo
aparte por sus escándalos, pero sobre todo porque vino a cambiar los cánones de
belleza, puso de moda la delgadez y las pocas curvas, esto ha causado hasta la
fecha gran controversia pues se culpa a este modelo de “mujer perfecta” de causar
trastornos alimenticios, al enaltecer la extrema delgadez como modelo de
belleza.
En el 2000 los grandes rostros de la moda son más efímeros y
existe un auge por modelos brasileñas y de Europa del Este, pero aún con este
vertiginoso ritmo hay rostros que han logrado posicionarse como íconos, tales
como Giselle Bundchen o Bar Rafaeli.
Una profesión glamurosa,
superficial para muchos, fascinante para otros y sobre todo muy
controvertida, que está evolucionando y pensando en
todo tipo de mujeres, y apostando a un cuerpo
más saludable y atlético. Se han tenido grandes logros en este respecto y
la belleza occidental ya no es la única que se ve en pasarelas y revistas,
gracias a la globalización la industria se ha dado cuenta que existen otros
tipos de belleza y empieza a tomarlos en cuenta.
Lo que es un hecho es que
mientras exista la moda y los grandes diseñadores, existirán las “top
models”, ejemplos perfectos de que la percepción de la belleza es
relativa y va cambiando con el transcurrir del tiempo.